Tomate sí, pero no cualquier tomate. O en tal caso, un tomate de verdad. Nada de plastificados a cualquier precio, por mucho que sea una gran superficie comercial cuyas acciones coticen en Bolsa donde lo compremos. El sabor de lo auténtico, de lo que se hace en casa, en el campo, con todo el cariño y los ingredientes que la naturaleza, la sabiduría y nuestras propias manos nos permiten fue el epicentro de la reunión de ayer en el corazón de la Ribera del Marco. Junto a la charca, en los terrenos de la Universidad Popular, se puso en marcha la BBBParty, una fiesta lúdico-agroecológica en toda regla. Jóvenes desempleados confirmaron con sus experiencias que producir y distribuir productos ecológicos puede ser una salida en estos tiempos de crisis. «El objetivo es convertirnos en cooperativa y tratar de llegar a más gente. La alternativa de las huertas es auténtica. Nosotros contamos con 25 ó 30 clientes. Les llevamos los productos a casa», relata ilusionado Iván Sabariego. Terminó Periodismo, estudió Sociología y ahora cultiva 4.000 metros cuadrados en Arroyo de la Luz. «Empezamos con 1.500 y tenemos asesoramiento de un agricultor de toda la vida que conoce al detalle el campo», cuenta su pareja, Patricia Llano, que tiene un Master en Desarrollo Rural. Patricia e Iván, cacereños, han cambiado la ciudad por el campo y se han instalado en Arroyo de la Luz. Preparan cestas de hortalizas de primera calidad desde nueve euros.