Hortelanos, amas de casa, activistas sociales, ecologistas, elaboradores de alimentos y empleados públicos... Una treintena de personas parcipó en un proceso consultivo para fijar las condiciones de producción y control de «Cáceres para comérselo», iniciativa de ACTYVA, S. Coop. El acto, organizado por el Espacio para la Creación Joven de Arroyo de la Luz, se enmarca en los «Encuentros agroculturales» que se vienen celebrando cada mes. La apuesta de los asistentes fue potenciar la cercanía entre producción y consumo y las relaciones directas entre los implicados, prescindiendo de intermediarios. También, claro está, el asociacionismo que un sistema de este tipo lleva aparejado, así como la sensibilización con respecto a los alimentos saludables, los cultivos y variedades tradicionales, la biodiversidad, el reconocimiento del trabajo agrario. No fue pasada por alto la cuestión de los precios, que deben permanecer asequibles para favorecer el desarrollo rural, a la vez que la gente en las ciudades tiene alimentos saludables y de calidad. El fomento de todas estas medidas, alternativas al mercado convencional, recaerá en los tres colectivos implicados: productores, consumidores y asociaciones. Por otro lado, se evidenció el rechazo a los agrotóxicos, los cultivos transgénicos, los aditivos en la elaboración, los intermediarios y los impuestos a productos de primera necesidad. Para el control de estos factores se plantearon visitas periódicas y sorpresa gestionadas por comisiones mixtas de productores y consumidores, así como analíticas aleatorias. Los Sistemas Participativos de Garantía (SPGs) sirven para garantizar la calidad «certificando a los productores tomando como base la participación activa de los actores y construyéndose a partir de la confianza, las redes sociales y el intercambio de conocimiento», según la organización internacional del movimiento por la agricultura ecológica IFOAM. Aunque el modelo es relativamente novedoso, ya se ha incorporado a la legislación de países sudamericanos. Además, el borrador del nuevo reglamento de producción ecológica que está preparando la Comisión Europea prevé la posibilidad de una «certificación de grupo» para las producciones ecológicas. Según IFOAM, actualmente hay implementados 43 SPG, la mayoría de ellos en países del hemisferio Sur, y otros 31 están en fase de desarrollo. Cáceres Para Comérselo surge de la unión de los productores y colectivos Artesanía de la Huerta (Villar del Rey), Huerta Arroyana, Huerta Pironga, hortalizas y cosmética natural La Mangurria (Arroyo de la Luz), panadería La Nómada (Malpartida de Cáceres), conservas Amapola (Estación Arroyo-Malpartida), Asociación Tierra Sana y Cerezas TornaSanas (fruticultores ecológicos del Valle del Jerte) y BBBFarming -en el marco de ACTYVA, S. Coop-. El objetivo inicial es alimentar a unos 300 hogares cacereños. Ya se han celebrado dos BBBParties festivoeducativas en colaboración con la Universidad Popular (23 de marzo y 4 de mayo) y se ha comenzado a presentar la iniciativa en centros de trabajo. Según está previsto, el reparto se llevará a cabo tanto en estos últimos como a domicilio. También se organizarán mercadillos itinerantes por los barrios de la ciudad y se proveerá a hostelería y pequeño comercio para acercar el producto ecológico, fresco y de temporada al mayor número posible de vecinos de la ciudad. BBBFarming, proyecto de comunicación y formación de la cooperativa ACTYVA, promueve estos mecanismos de certificación, pues incorpora a todos los actores al proceso de toma de decisiones y control. De esta manera, quedan en manos de los consumidores, los máximos interesados, la última palabra sobre qué y cómo quieren consumir.